“Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro: vio y creyó”. En los evangelios sinópticos que leemos durante la Vigilia Pascual, las mujeres creen que Jesús resucitó porque unos ángeles se lo dijeron cuando fueron a la tumba. ¿Ángeles? ¡A mí nunca me han dicho nada! Tal vez podría identificarme con María Magdalena que no ve delante de ella más que al jardinero, o con los discípulos de Emaús que piensan que están charlando con un compañero de ruta. Es sobre todo Juan, el discípulo que aparece en el evangelio del Domingo de Pascua, de quien me siento más cercano. “Vio y creyó” que Jesús estaba vivo. Por sí mismos la tumba vacía, el sudario y el lino no demostraban nada, hasta el punto de que María Magdalena sacó la conclusión de que habían robado el cadáver de Jesús. Pero para Juan fueron los símbolos gracias a los cuales pudo sentirse una vez más en comunión con Jesús.
Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor ABC
Por J.R.Echeverria Mancho,p.b.