Son los grandes himnos del evangelio de la infancia de Lc 1-2. (a) El Benedictus es la voz de un sacerdote de Jerusalén, con una ideología más sacral y nacional, centrada en la victoria y libertad del pueblo elegido. (b) El Magníficat es voz de una mujer mesiánica, que pertenece al grupo de los pobres, con su esperanza y compromiso de una transformación universal, anticipándose a Jesús y ofreciéndole su compromiso de madre y mujer liberadora desde la tradición de Israel.
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A diferencia de Zacaría, María ha destacado la elevación de los oprimidos y el enriquecimiento de los pobres (anawim) que, mirados en sí mismos, carecen de fronteras religiosas y o nacionales; ella, la mujer oprimida (por mujer y por pobre, como seguirá diciendo el Magníficat) eleva su canto al servicio de la liberación de todos los hambrientos y oprimidos del mundo.
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