El siglo XIII es un siglo donde la fe jugó un papel importante en medio de la España de la reconquista, en que por sus aguas del mediterráneo no se podía navegar con seguridad porque los corsarios y los piratas imponían su ley y los caseríos y poblados eran saqueados, llevándose cautivos a las gentes que profesaban una religión distinta. El cautiverio era una de las plagas sociales a la que había que dar algún tipo de respuesta, porque engendraba miedo e inseguridad en las personas y las familias. Así lo entendió Pedro Nolasco que sufría ante la situación de muchas personas, que estando cautivas esperaban ser rescatadas por un dinero, que nunca llegaba; afligido oraba a lo alto pidiendo ayuda sobrenatural para que Dios trajera a la tierra un poco de consuelo a estos desgraciados. No estaba solo, compartían con él esta preocupación su confesor Raimundo de Peñafort y el mismo Jaime I . Todos ellos creyeron ver, respuesta del cielo a través de la Virgen, quien les hizo saber una noche del 2 de Agosto 1218 que asumía la redención de los esclavos como cosa suya y que en esta empresa no les iba a faltar nunca su ayuda. El Padre Gaver, en 1400, nos relataba como fue la Virgen la que inspiró a Nolasco y le manifestó su deseo de que fundara una orden dedicada a la liberación de presos.
Nacía así una nueva congregación religiosa que habría de conocerse como la “Orden Mercedaria” que estaría bajo el amparo de la Virgen de la Merced o Virgen de la Misericordia, cuya misión habría de ser la redención de los esclavos...
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