Compañero de nuestras esperas
Tú velas, compañero de nuestras esperas,
Tú, que en lo escondido visitas nuestra vida.
Haznos escuchar tu voz que levanta
cuando nos plegamos bajo el peso de la desgracia
y abre el horizonte de la ternura
si temor y miedo amedrentan nuestros corazones.
Que tu Palabra haga que se alce la aurora
de nuestra humanidad transfigurada,
y haga abrirse, en todas nuestras opacidades,
un viento nuevo que canta la alegría de amar.
Bajo nuestros pasos florecerán para nuestra tierra
Justicia y paz, amor y verdad,
y, de nuestras manos, perlas de luz.
Dietrich Bonhoeffer
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