EDITORIAL
Algo –mucho- está cambiando desde el comienzo de 2021. En los primeros días de enero la naturaleza nos regaló en casi todo el país la llamada nevada del siglo. Todo blanco, bonito, con 30 centímetros de nieve en nuestro distrito de Hortaleza. Y tanto o más en muchísimos otros lugares. Era difícil salir de casa. Y cuando salías ¿qué veías? Durante horas las calles de Madrid completamente vacías de personas y de vehículos. Sencillamente era difícil salir de casa.
El patio de nuestra casa estaba irreconocible: donde antes se veía un pequeño olivo ahora aparecía una especie pirámide blanca de nieve sepultando al pobre olivo, que permaneció intacto gracias a la flexibilidad de sus ramas. El almendro quedó visible pero tuvo que aguantar como pudo el peso de la nieve. El resto de arbustos y flores en el patio se habían hecho invisibles, aunque aún daban señales de vida ahí bajo los montículos de nieve. Todo parecía diferente.