El más devastador, el Idai, de categoría 4, mató a unas 600 personas y desplazó a más de 140.000. Los dos ciclones dejaron a 2,2 millones de personas bajo la necesidad urgente de ayuda humanitaria.

Las secuelas del ciclón Ibai en Beira

Beira aún conserva las secuelas de Idai, casi un año después de que el ciclón arrasara la ciudad y sus zonas rurales. 240.000 viviendas fueron destruidas o gravemente dañadas. Decenas de miles de personas siguen viviendo en refugios temporales o inseguros y quienes tuvieron la suerte de que sus casas siguieran en pie, aun sueñan con poder repararlas. Lo peor, la pérdida de un ser querido:

«Este árbol cayó el pasado 14 de marzo, el día que el ciclón IDAI golpeó. Yo estaba durmiendo con mi esposa, embarazada de 8 meses, en la habitación cuando, de repente, el árbol derrumbó el techo. Ella sufrió varios traumatismos, la llevé al hospital en muy mal estado, y allí intentaron salvarla pero finalmente murieron ella y el bebé», cuenta a Euronews Paulo Hau, uno de los supervivientes.

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