10/02/21.- Amigas y amigos: Con todo lo aprendido en estos meses sobre las enfermedades contagiosas, podemos ver con ojos nuevos el relato de la curación del leproso. Jesús se atrevió a tocarle, sin mascarilla y sin gel hidroalcohólico, exponiéndose al contagio y a ser considerado también impuro y excluido de la sociedad. Esa exclusión es un lastre para muchas personas en su caminar por la vida. El acercamiento de Jesús fue el primer paso para la sanación. Hoy las cosas no han cambiado demasiado. Sigue habiendo personas necesitando una mano amiga para salir de la marginación social.
En el Tablón de anuncios tenemos dos propuestas online para los próximos días.
Evangelio y comentarios al Evangelio
Marcos 1, 40-45. Acudió a él un leproso y le suplicó de rodillas: Si quieres, puedes limpiarme.
Vicente Martínez: Encontrar a Jesús. Esta fe en Jesús se contagia, no puede encerrarse ni confinarse.
José Luis Sicre: Poder y compasión. Quien tocaba a un leproso quedaba impuro. A Jesús no le preocupa este tipo de impureza. Antes de demostrar su poder, él nos muestra su compasión.
Fray Marcos: La relación profundamente humana de Jesús liberaba. La única manera de desplegar nuestra humanidad es la identificación con todos y con el Todo
Texto completo: La lepra de la-marginaciónVIOrdinarioB
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