14 febrero 2021 20:30 CET
“La única manera de librarse de la tentación es ceder ante ella. Si se resiste, el alma enferma, anhelando lo que ella misma se ha prohibido, deseando lo que sus leyes monstruosas han hecho monstruoso e ilegal”.
Oscar Wilde, El retrato de Dorian Gray
Nuestros anhelos vienen a intensificarse con los obstáculos e incluso logran monopolizar el caudal de nuestros deseos difuminando al resto. El relato bíblico del fruto prohibido no puede ser más aleccionador. Había libre acceso a todo lo demás en el exuberante jardín del Edén, pero hasta en el paraíso había un coto vedado para uso privativo.
No estaba permitido acceder al árbol de la ciencia del bien y del mal, mas por eso mismo la tentación de catar ese conocimiento resultó absolutamente irresistible para quienes lo tenían prohibido. A pesar de que las consecuencias y penalidades aparejadas no podían ser más terribles, habida cuente de que, con ello, se renunciaba nada menos que a la inmortalidad.
Ulises, un experto en tentaciones
Homero viene a completar esta instructiva parábola bíblica en su Odisea. Ulises también decide renunciar a la inmortalidad, para ser más exactos a esa eterna juventud que le ofrece la bellísima Calipso, aunque lo haga después de haberse tomado su tiempo para meditarlo. La cuestión es que opta por volver a su isla de Ítaca con Penélope y Telémaco, para poner punto final a su legendario periplo tras verse rescatado del último naufragio por Nausícaa. A fin de cuentas, Ulises era todo un experto en materia de tentaciones y supo aprender cómo afrontarlas mejor perfeccionando sus técnicas.
(…)
“Si recorremos la historia de los siglos y de las naciones antiguas y modernas, veremos al ser humano sometido a tres códigos, el de la naturaleza, el civil y el religioso, forzado a infringir alternativamente esos tres códigos que jamás han estado de acuerdo. De considerarse necesario conservar los tres, es preciso que los dos últimos no sean sino el calco exacto del primero, que llevamos inscrito en el fondo de nuestro corazón y siempre será el más fuerte”.