Rafael M Martínez Sánchez, Universidad de Córdoba / 29 enero 2024 23:05 CET
Recientes investigaciones apuntan a la llegada de agricultores neolíticos al norte de Marruecos desde la costa ibérica hace 7500 años, iniciando la gran transición cultural y económica en la región.
El Neolítico, periodo de la Historia en el que se adoptan la agricultura y la ganadería, se ha convertido en una de las transiciones económicas y sociales más estudiadas de los últimos años. Determinar su origen y cómo dicho proceso se convirtió en el mayor motor de cambio en la evolución de las sociedades humanas despierta enorme interés entre distintos investigadores.
La investigación reciente, resultado de proyectos que aúnan excavaciones arqueológicas y ADN antiguo, apunta a un desarrollo prístino en el suroeste de Asia, el denominado Creciente Fértil, desde donde se filtró a las comunidades de cazadores recolectores presentes en la península de Anatolia (en la actual Turquía), que adoptaron dichas innovaciones.
Hace 8 500 años, grupos de agricultores atravesaron el mar Egeo, desarrollando culturas similares a las de Anatolia en Grecia y los Balcanes. Cinco siglos después algunos darían el salto a Italia.
La expansión de este fenómeno, explicado en parte con la propagación física de comunidades herederas de las antiguas poblaciones de Anatolia, hará su aparición en la Península Ibérica hace aproximadamente 7 600 años. Sucederá de forma paralela a su aparición en las grandes islas de Córcega y Cerdeña, y de su expansión progresiva por los valles fluviales de la Europa continental.
Esto implicó un crecimiento poblacional notable, una verdadera transición demográfica que condujo a la asimilación de los cazadores recolectores locales, muy diferentes genética y culturalmente, que constituían hasta ese momento las comunidades del Mesolítico (es decir, aquellas poblaciones herederas del Paleolítico Superior).
En la Península Ibérica, las tradiciones aportadas por las nuevas gentes del Neolítico muestran similitudes lógicas con las que pocos siglos antes aparecieron en Italia. En este sentido destaca especialmente la decoración de la cerámica, la cual constituye un buen indicador de afinidades culturales…