A finales de 2020, la Red de Vigilancia Genómica de Sudáfrica (NGS-SA), dirigida por la Plataforma de Secuenciación e Innovación en Investigación de KwaZulu-Natal (KRISP), identificó una nueva variante del SARS-CoV-2, el virus causante de la covid-19, que se extiende rápidamente. La nueva variante, denominada 501Y.V2, plantea cuestiones críticas. Entre ellas si las vacunas y los tratamientos actuales seguirán siendo eficaces.
Los virus suelen cambiar continuamente, poco a poco. Un virus modificado se denomina “variante” del virus original, aunque el núcleo esencial del virus sigue siendo el mismo.
Los cambios en el código genético del virus se llaman mutaciones. La nueva variante, denominada 501Y.V2, ha sufrido 23 mutaciones, en comparación con el virus SARS-CoV-2 original. Es importante destacar que 20 de las mutaciones provocan cambios en los aminoácidos y que ocho se localizan en la proteína espiga del SARS-CoV-2.
Cuando las mutaciones o los cambios genéticos son beneficiosos para el virus, persisten. Es posible que, gracias a estos cambios, el virus sobreviva mejor o se transmita con mayor eficacia.
Sabemos que también surgieron, de forma independiente, variantes parecidas con muchas mutaciones en el Reino Unido y Brasil. Sudáfrica tiene una capacidad de investigación adecuada para detectar las variantes del virus y los equipos de científicos han estado investigando de forma activa.
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