Una de las instituciones que encarna esa cooperación es la Corte Penal Internacional, que investiga y juzga a las personas en relación con el genocidio, los crímenes de guerra, los crímenes de lesa humanidad y el crimen de agresión, y pone en práctica en su trabajo cotidiano el Objetivo de Desarrollo Sostenible 16 de las Naciones Unidas, Paz y Justicia. Noticias ONU preguntó al Magistrado Eboe-Osuji si la paz y la justicia duraderas son objetivos realistas en el mundo actual.
¿En qué manera apoya el trabajo de la Corte el Objetivo de Desarrollo Sostenible 16? ¿Cómo colabora a la creación del “futuro que deseamos”?
La Corte contribuye al “futuro que deseamos” ocupándose de crímenes que constituyen amenazas para la paz, la seguridad y el bienestar mundiales: el genocidio, los crímenes de guerra, los crímenes de lesa humanidad y el crimen de agresión. Nos esforzamos por lograr un mundo en el que ya no se tolere que esos crímenes atroces se cometan con impunidad.
Al colaborar en la disuasión de los crímenes atroces, la Corte contribuye a la reducción de la violencia y las muertes que esta causa; esa es la primera meta del Objetivo de Desarrollo Sostenible 16. Al exigir responsabilidades cuando los sistemas de justicia nacionales no pueden hacerlo, la Corte afianza el principio del estado de derecho y brinda a las víctimas acceso a la justicia; estas son metas clave del Objetivo 16. El sistema de la Corte alienta la creación de capacidades en las instituciones judiciales nacionales, otra meta de ese Objetivo.