BLANTIRE, Malawi – En diciembre del año pasado, se hizo viral un vídeo de dos ancianas rodeadas por una multitud enardecida y envueltas en una nube de polvo mientras rellenaban una tumba en una aldea del distrito de Mzimba, en el norte de Malawi.
Mientras las dos ancianas hermanas se afanaban en esta tarea, de la que tradicionalmente se encargan los hombres en Malawi, alguien de la muchedumbre pateó a una de ellas, Christian Mphande, y la lanzó a la tumba abierta.
¿Cuál fue su delito?
Una joven emparentada con las dos adultas mayores había muerto, y la gente del pueblo acusó a Mphande, de 77 años, de matar a la joven mediante brujería.
Para castigarla, obligaron a Mphande a enterrar a la muerta, ayudada por la hermana. La agredieron, confiscaron sus pertenencias, incluido el ganado, y la desterraron del pueblo.
Fue un incidente más en la espiral de casos de acoso a personas mayores en Malawi.
Mphande vive ahora lejos de su hogar, pero dentro del distrito, probablemente para lidiar para siempre con las pesadillas de su experiencia y vivir con la evidencia física de una brecha en las encías tras haber perdido algunos dientes en el asalto de la turba, según comprobó IPS cuando la visitó en su nuevo hogar.