Stefano Leszczynski – Ciudad del Vaticano
El 2019 será recordado como el año de las vidas suspendidas. Estas son las vidas de miles de migrantes abandonados a su suerte en Libia, en los campos de las islas griegas, en los mismos barcos que los rescataron en el Mediterráneo. Pero también podría recordarse como el año de las muertes ignoradas: el destino en gran parte indocumentado que ocurrió a 1 de cada 33 migrantes, ahogado en el Mediterráneo. En el último año, 11.471 migrantes llegaron a Italia, con una disminución del 90% en comparación con 2017 y del 50% en comparación con 2018. Hoy la emergencia no es la relacionada con los desembarques, sino la de precariedad, de inseguridad y la falta de integración causadas por los decretos de seguridad, convertidos en ley por el Parlamento italiano en 2018.
Para seguir leyendo: https://www.vaticannews.va/es/mundo/news/2020-05/informe-anual-2020-centro-astalli-migrantes-refugiados-italia.html