Solo en 2020, más de 40 000 personas realizaron la travesía desde África a España a través de la ruta del Mediterráneo occidental. Los que no fallecen durante el viaje tampoco salen indemnes. A la travesía africana, donde se exponen a enfermedades, violencia, explotación y precarias condiciones de salud, se une la travesía marítima, donde sufren hacinamiento, hambre, quemaduras o hipotermias.
18 marzo 2021 20:15 CET
Hace unos meses Mariam llegó a las costas de Almería con su hija Fatoumata, de 4 años en brazos. Nada más verlas bajar del barco me di cuenta de que mostraban mucho cansancio en sus rostros. En su charla con la mediadora cultural descubrimos que hacía más de un año habían salido de Camerún, su país natal, en busca “de una vida mejor”.
Durante el triaje sanitario se detectaron quemaduras y picaduras, además de fuertes dolores de cabeza en la madre. La niña se mostraba tranquila y tan solo nos dijo que sentía hambre y picores por el cuerpo.
Ambas pasaron a ducharse, se les proporcionó vestuario limpio y, una vez en la enfermería, fueron tratadas de escabiosis o sarna, se realizaron las curas de las quemaduras de gasolina en piernas y glúteos, y se proporcionó analgesia. Debido a la situación de emergencia sanitaria actual, también se les realizó un test de detección de antígenos de COVID-19, donde Fatoumata demostró ser una niña muy valiente y colaboradora.