África tiene un problema. El continente tiene el 25% de la carga de enfermedad del mundo, pero importa el 94% de sus medicamentos y produce menos del 1% de las vacunas a nivel global. Al inicio de la pandemia de covid-19, un centenar de gobiernos restringieron las exportaciones de productos sanitarios y la afectación de las cadenas de suministros globales dejaron al sector en países como Nigeria operando al 40% de su capacidad. Luego está el tema del acceso a las vacunas contra el virus. En todo el continente sólo hay una empresa, sudafricana, en negociaciones para producir alguno de los candidatos. Aumentar la producción farmacéutica local ha emergido como una prioridad para garantizar la seguridad sanitaria durante, y más allá, de la covid-19.