La edición en español de la red de divulgación del conocimiento académico The Conversation cumple tres años con un balance de más de 150 millones de lecturas y una creciente vocación latinoamericana.
Hace unos días una investigadora nos confesaba que cada mañana, de lunes a viernes después de las 08:05, borra de la bandeja de entrada el boletín diario de The Conversation. Sin haberlo abierto ni leído.
Lejos de ser un revés para el trabajo de tantos y tantos de sus colegas, que ofrecen a la sociedad su mirada experta sobre la realidad, resulta que ese acto rutinario de borrado tiene su explicación. Nos decía la investigadora que si abriera el boletín no podría resistir la tentación de leer todos y cada uno de los artículos “muchos sorprendentes, todos interesantes”, con lo que su productividad bajaría varios puntos. Y no se lo puede permitir.
Pero desconocía que también enviamos un boletín semanal, La conversación del domingo, que agrupa algunos de los artículos destacados de los siete días anteriores. Una manera de echar la tarde del domingo saciando la curiosidad de aquellos que no podemos resistirnos a intentar entender el mundo, sus avances y sus problemas. Ahora nos lee sin afectar a la productividad.
Esta investigadora es una de los más de 22.000 suscriptores de los boletines de The Conversation. Son quizá los más fieles, pero los lectores de The Conversation son muchos más. Actualmente, cada día, más de 200.000 personas leen algún artículo de The Conversation, ya sea directamente, ya sea a través de alguno de los más de 400 medios republicadores. El 65% de los lectores llega desde fuera de España. Principalmente de los países hermanos de la América hispanohablante.