«El paradigma ha cambiado con el Papa Francisco
Estaban reunidos los discípulos, pero no estaba Cristo. Y porque no estaba Cristo aquella comunidad naciente se encontraba encerrada, triste, con miedo y sin ganas de vivir. Estaban los discípulos encerrados y con miedo
Nacimiento de la Iglesia más que difícil.
Aquellos “Diez” (faltaban Judas y Tomás), estaban encerrados y con miedo, porque Cristo no estaba entre ellos. ¿Como nosotros?
¿No es ésta la situación de muchas iglesias-diócesis, estructuras eclesiásticas? ¿No vivimos encerrados y con miedo a todo: miedo a la libertad, al Vaticano II, a las ciencias, a las ideologías, a los cambios, al pensamiento teológico, moral, litúrgico, etc.?
En el impasse en el que nos encontramos, no parece que nuestro momento diocesano sea especialmente alentador. ¿En nuestra diócesis se vive en paz, con alegría e ilusión? ¿No estamos más bien en una división eclesial, enfrentamientos y en una honda tristeza?
El miedo bloquea, paraliza. ¿No estamos bloqueados, paralizados? “Aquí no se mueve nada ni nadie”. Es la actitud de muchos obispos.
Por otra parte, ¿A qué será debido la huida de la Iglesia –como Tomás o los dos de Emaús- de tantas y tantas personas de la sociedad? ¿Por qué se han vaciado las Iglesias?
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