Sólo 16.000 casos confirmados, 332 fallecidos en un país de 16 millones de habitantes. Las cifras de la pandemia de COVID-19 en Senegal no tienen mucho que envidiar a las de algunos países asiáticos. Los expertos se interrogan sobre las claves de este éxito que sorprende en un país convertido en ruta de paso para los migrantes y con índices de desarrollo humano y económico que suelen estar entre los más bajos en las clasificaciones mundiales.
Las autoridades reaccionaron muy rápido pero ellas mismas se ven sorprendidas de este éxito y se preguntan si no se debe tanto a las medidas de contención como a una inmunidad colectiva alcanzada casi sin esfuerzo.
Las autoridades cerraron el país muy rápido, en cuanto se registraron los primeros casos. Cierre de fronteras, escuelas, mezquitas y toque de queda nocturno. Se atendió rápidamente a los pacientes y se aisló en hoteles a los posibles contactos. Hoy ya no necesitan estas medidas y sólo tienen un puñado de pacientes hospitalizados en cuidados intensivos.