

1 abril 2021 19:38 CEST
La aparición del SARS-CoV-2 y su propagación a lo largo y ancho del planeta ofrecen a los virólogos una oportunidad sin precedentes de asistir «en directo» a la evolución de un nuevo coronavirus. Disponen de herramientas más potentes que nunca para analizar sus causas y consecuencias, pero ¿qué han conseguido aprender después de un año? Anne Goffard, especialista en coronavirus, resume el estado actual del conocimiento.
El SARS-CoV-2 conquistó el planeta a principios de 2020, originando la pandemia de covid-19. ¿Cuánto se ha avanzado en el conocimiento de este virus?
Antes del inicio de la epidemia, no existían test serológicos para los coronavirus. No disponíamos de vacuna ni de tratamiento. Apenas sabíamos cómo atender a los pacientes. En un año, se han desarrollado herramientas de diagnóstico RT-PCR específicas para el SARS-CoV-2, se han puesto a punto test serológicos y ya disponemos de varias vacunas. Estos adelantos, que deberían permitir el control de la pandemia, se han obtenido muy pronto, aunque haya parecido mucho tiempo.
Es verdad que no existe todavía un tratamiento específico para el SARS-CoV-2, pero hemos aprendido mucho –y rápido– de los aspectos clínicos. La forma de tratar a los pacientes ha evolucionado muchísimo en comparación con los procedimientos de hace un año, cuando se conocía menos la enfermedad. Ahora sabemos cuándo utilizar corticoides como la dexametasona, cómo asistir a los pacientes graves con tratamientos menos agresivos que en los primeros días, etc. De hecho, el número de decesos se ha reducido.