Entrevista con el autor de ‘Cuando la Iglesia era democrática’ (Desclée)
«El evangelio de Cristo no es muy optimista respecto al futuro del cristianismo… En el evangelio de Cristo no hay referencias a ‘primaveras eclesiales'». El sacerdote Rafael Pardo acaba de publicar ‘Cuando la Iglesia era democrática’ (Desclée), un ensayo que repasa los ‘ensayos democráticos’ en la Iglesia que, en su opinión, no exenta de polémica, tuvo un freno en los años posteriores al Concilio. Aunque el autor, conscientemente, matiza: «Quiero dejar constancia explícita de que en este libro no se cita al Concilio Vaticano II ni una sola vez. La gran crisis no vino con tal Concilio ni con tal Papa».
-La primera pregunta es obligada. ¿Cuándo fue la Iglesia democrática?
-Lo fue siempre, desde sus inicios. En la Escritura aparece la elección popular del apóstol Matías (no lo nombra Pedro), aparece también la decisión pactada en común en el Concilio de Jerusalén sobre algunos ritos judíos, y san Pablo dice que las Iglesias le han nombrado colaboradores para administrar el dinero, y dice que se alegra de ello porque quien administra la bolsa se lleva las críticas. Desde entonces, los obispos fueron nombrados democráticamente durante varios siglos, y después esa elección recayó en los cabildos eclesiásticos hasta el s. XX. En general, la gente desconoce que el Papa no nombraba a dedo a los obispos, la gente no sabe que los obispos no nombraban a dedo a los párrocos. Eso es muy reciente: a partir de 1917.