Tanto la biología, como la psicología o la sociología son factores que pueden intervenir en el origen y el desarrollo de adicciones en el ser humano.
¿Un adicto es un vicioso o es un enfermo?
Parece que en los últimos años hemos ido interiorizando progresivamente el hecho de que las adicciones son enfermedades.
En gran parte, se debe a la Neurobiología. Esta disciplina ha conseguido establecer relaciones entre determinadas alteraciones neuroquímicas en zonas específicas del cerebro, sobre todo en el denominado “sistema de recompensa cerebral”, y las principales características del comportamiento adictivo. Es decir, las conductas compulsivas y la búsqueda a cualquier precio del objeto de la adicción.
Además, estamos progresando rápidamente en descifrar las analogías y las diferencias biológicas entre distintas adicciones. Desde aquellas provocadas por las drogas hasta las “comportamentales” o “sin sustancia”, como el juego patológico.
Cada día conocemos mejor las variables biológicas (entre ellas las genéticas) que influyen en que la vulnerabilidad a padecer una adicción sea tan variable de unas personas a otras.
Sin embargo, estos avances no han conseguido tratamientos farmacológicos revolucionarios que “curen” las adicciones. Tampoco se han desarrollado técnicas biomédicas suficientemente precisas para optimizar de forma decisiva la prevención, el diagnóstico, el tratamiento o el seguimiento de estas enfermedades.