Jose Manuel Martínez Linares, Universidad de Granada; Cayetano Fernández Sola, Universidad de Almería; Isabel María Fernández Medina, Universidad de Almería; José Manuel Hernández Padilla, Universidad de Almería; María del Mar Jiménez Lasserrotte, Universidad de Almería; Olga Canet Velez, Universitat Ramon Llull; omlopez@ujaen.es, Universidad de Jaén; Ousmane Berthe-Kone, Universidad de Almería
Cada año, casi cuatro millones de niñas corren el riesgo de sufrir esta abominable práctica. Muchas de sus víctimas han perdido el miedo y se han comprometido en la lucha para que sea erradicada.
5 junio 2022 19:17 CEST
La mutilación genital femenina supone una violación de los derechos humanos reconocida internacionalmente. En la legislación española, se considera además como una forma de violencia de género. Según la Organización Mundial de la Salud, más de 200 millones de niñas y mujeres que viven actualmente han sido mutiladas.
Este tipo de práctica se realiza en el África Subsahariana, Oriente Medio, Asia y, de una forma encubierta, en países europeos. Cada año, casi 4 millones de niñas en todo el mundo corren el riesgo de ser víctimas de mutilación.
Entre los factores de riesgo identificados se incluyen tener como origen un país y etnia donde se admite esta práctica, pertenecer a una familia en la que una mujer ya haya sido mutilada, que la potencial víctima vaya a viajar al país de origen y la existencia de información sobre ese desplazamiento.
La mutilación genital femenina comprende todos los procedimientos encaminados a la lesión o resección parcial o total de los genitales externos femeninos por motivos no médicos. Incluye la extirpación parcial o total del clítoris, los labios menores y los labios mayores, el estrechamiento de la entrada de la vagina o cualquier tipo de lesión de los genitales externos.