«¿Se han dado por enterados monseñor Zornoza o monseñor Munilla?»
El arzobispo de París, Michel Aupetit puso su cargo a disposición del Papa, tras admitir una relación con una mujer, el pasado miércoles 26 y, una semana después, Francisco le aceptó la renuncia de manera fulgurante. ¿Le echó Francisco por esa relación, que el mismo arzobispo emérito de París calificó de ‘ambigua’, o hay algo más? Parece ser que hay más y son varias las lecciones que se pueden extraer del caso.
El propio Papa, respondió a una pregunta sobre las causas de la aceptación de la renuncia de Aupetit en la rueda de prensa del avión de vuelta de su visita a Grecia y aseguró : “Fue una falta de él, una falta contra el sexto mandamiento, pero no total, de pequeñas caricias y masajes que hacía a la secretaria, ésta es la acusación. Esto es pecado, pero no es de los pecados más graves, porque los pecados de la carne no son los más graves. Los más graves son aquellos que tienen más carácter angelical: la soberbia, el odio”.