Y es que, según expresó, las nuevas tecnologías pueden llevar a “una sociedad que vigila a las personas”. Por eso, “no podemos presumir a priori que su desarrollo aporte una contribución benéfica al futuro de la humanidad y a la paz entre los pueblos”. En este sentido, llamó a “adoptar un tratado internacional vinculante que regule el desarrollo y el uso de la IA en sus múltiples formas”.
Tres semanas después, en su mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, Francisco volvía a poner el foco en la IA: “Se cierne el espectro de una nueva esclavitud”.Bergoglio reclamaba entonces “una mirada espiritual”: “Esta época corre el riesgo de ser rica en tecnología y pobre en humanidad”. Por ello, urge “despertar al hombre de la hipnosis en la que ha caído debido a su delirio de omnipotencia”. Y añadía: Para ser “más libres”, no podemos caer “en un pantano desconocido, al servicio de los intereses del mercado o del poder”.
En este nuevo número de SomosCONFER nos asomamos a un fenómeno de presente y futuro con numerosas aristas en materia de derechos humanos y de estabilidad global, así como de implicaciones éticas y morales. Y lo hacemos tras lo vivido en el II Congreso de Comunicación de la CONFER, que ha girado en torno a la IA. Algunos se preguntan si tiene esta implicaciones en y para la vida religiosa. Los expertos que escriben en estas páginas lo tienen claro. Y es que nada de lo humano nos es ajeno.