por José Ramón López | Ene 26, 2022
«¡Estoy harta de esta hermana maníaca!»
¿Odias esas arrugas que te van saliendo?
¿Te quitaron de esa responsabilidad que venías asumiendo los últimos 20 años y estás rabioso desde que te lo anunciaron hace dos años?
¿Te gustaría ser más guapo, alto, delgado…?
¿Te gustaría volver a los tiempos de tu noviciado… tan glorioso, numeroso, espléndido y lo añoras?
Decía el gran novelista, periodista, ensayista y crítico británico nacido en la India, George Orwell que “la felicidad solo puede existir en la aceptación”.
Parece claro que es de sabios aceptar lo inevitable, modificar lo que pueda para bien ser cambiado y saber qué se debe aceptar y qué se puede modificar. Tenemos mucho trabajo al respecto.
En las Comunidades, como en los matrimonios, como en las amistades, como en la Iglesia, como en la Congregación a la que pertenecemos, como en nosotros mismos, necesitamos aceptar, necesitamos aceptarnos.
La aceptación no está reñida con un inconformismo bien entendido, el que consiste en modificar todo aquello que es posible y conveniente. Mucha gente piensa que, si no se queja lo suficiente, si no llora y espere como debería, o que no se molesta con el mundo cuando algo no funciona, es porque está conformado, pero en realidad es justamente lo contrario. Ser débil es gastar nuestras energías y nuestro valioso tiempo.
Para seguir leyendo: https://institutohumanitate.org/blog/la-importancia-de-la-aceptacion/