La explotación de caucho y aceite de palma por parte de Socfin está vinculada a la deforestación y los abusos contra los derechos humanos en Ghana y Nigeria.
por Gedeón Sarpong
Una investigación de seis meses realizada por Gideon Sarpong, Elfredah Kevin-Alerechi y Audrey Tréveil ha descubierto hasta qué punto la incesante explotación de los recursos de caucho y aceite de palma por parte de Socfin está alimentando la deforestación y el desplazamiento de poblaciones indígenas en Nigeria y Ghana.
Esta investigación también pone de relieve el desconcertante papel del gigante de las plantaciones como proveedor de caucho para los fabricantes de neumáticos europeos, incluida la francesa Michelin, que plantea preocupaciones críticas sobre sus asociaciones existentes con la deforestación y las violaciones de derechos humanos en África Occidental.
Okumu, Nigeria – Okumu Oil Palm Company, una subsidiaria bajo el paraguas del Grupo Socfin , posee una extensa plantación de caucho de 7.335 hectáreas y una extensa plantación de palmeras de 19.062 hectáreas, todas ubicadas dentro del área del gobierno local de Ovia Suroeste de Estado de Edo.
La presencia de la empresa en la comunidad de Okumu se ha convertido en un tema polémico, especialmente para los pueblos indígenas, incluidos los niños que han sufrido desplazamientos debido a las actividades de la empresa.
En 2021, el Grupo Socfin registró un notable beneficio de 80,4 millones de euros , su cifra más alta desde al menos 2014 debido al aumento de los precios del aceite de palma y del caucho. Sin embargo, paradójicamente, la comunidad de Okumu y otras comunidades nativas en toda África Occidental siguen contrastando marcadamente con la imagen de prosperidad asociada con los sustanciales ingresos de exportación de Socfin.
Abusos de derechos humanos
En un relato profundamente angustioso de los acontecimientos, los residentes de Okumu han presentado acusaciones contra la empresa por desmantelar por la fuerza tres aldeas dentro del distrito, a saber: Lemon, Agbeda y Oweike.
Esta acción tuvo como resultado el desplazamiento de cientos de habitantes nativos y las sombrías consecuencias de la destrucción de tierras agrícolas comunitarias, la pérdida de vidas y la interrupción de la educación de los niños.
Muchas de estas personas tienen sus raíces profundamente arraigadas en estas aldeas, sin parientes más allá de los límites de su hogar. Las repercusiones de las acciones de la empresa continúan acosando a las comunidades afectadas, incluso décadas después de que se produjo la devastación.
Hoy, Lemon, que alguna vez fue una comunidad próspera, ha quedado reducida a un mero recuerdo, mientras que los residentes de Oweike y Agbeda se han visto obligados a trasladarse a comunidades cercanas, en busca de refugio y nuevos comienzos.
Para seguir leyendo: https://umoya.org/2023/12/03/la-explotacion-de-caucho-y-aceite-de-palma-vinculada-a-la-deforestacion-y-los-abusos-contra-los-derechos-humanos-en-ghana/