19/04/24
Un proyecto que no solo promete el impulso en las economías africanas, si no que, además, conduce al fomento de la integración del continente y al progreso en la interdependencia del gas. Se trata, efectivamente, del gasoducto entre Marruecos y Nigeria.
Bajo la premisa de “todos ganan”, se sigue avanzando en el que será el oleoducto submarino más largo del mundo. Su capacidad será de 30.000 millones de metros cúbicos aproximadamente y su longitud rondará los 6.000 kilómetros. Recorrerá unos 5.600 kilómetros por alta mar, a los que se suman otros 1.700 kilómetros por tierra. El coste será de en torno a 25.000 millones de euros.
El objetivo por el que se quiere crear el oleoducto es que la economía de las naciones de África occidental registre un impacto positivo y notable.
Con la iniciativa se abrirán nuevos puestos de trabajo y aumentará la calidad de vida en los lugares que participan, por lo que también se registrarán mejoras a nivel social. Por esa razón, desde que se anunció el plan en 2016, varios países se han sumado a la iniciativa.
Hasta la fecha, la suma de países que han querido que la infraestructura atraviese sus territorios en su recorrido por África, es de 13 participantes: Nigeria, Benín, Togo, Ghana, Costa de Marfil, Liberia, Sierra Leona, Guinea, Guinea Bissau, Gambia, Senegal, Mauritania y Marruecos.
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