Mensaje del Papa para la 59ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones
“Sacerdotes, consagradas, consagrados y fieles laicos caminamos y trabajamos juntos para testimoniar que una gran familia unida en el amor no es una utopía, sino el propósito para el que Dios nos ha creado”. En su mensaje para la 59ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, Francisco realiza un llamamiento a las distintas vocaciones, distintas, poliédricas, como la propia Iglesia, pero con un objetivo común: la unidad.
“Este es el misterio de la Iglesia que, en la coexistencia armónica de las diferencias, es signo e instrumento de aquello a lo que está llamada toda la humanidad”, sostiene Bergoglio en su mensaje, que cierra pidiendo que “la Iglesia debe ser cada vez más sinodal, es decir, capaz de caminar unida en la armonía de las diversidades, en la que todos tienen algo que aportar y pueden participar activamente”.
El Papa arranca su mensaje recordando el momento actual, en el que “los vientos gélidos de la guerra y de la opresión aún siguen soplando, y presenciamos a menudo fenómenos de polarización”. En este ‘hoy’, “como Iglesia hemos comenzado un proceso sinodal”.
¿Por qué? Porque “sentimos la urgencia de caminar juntos cultivando las dimensiones de la escucha, de la participación y del compartir”, para “contribuir a edificar la familia humana, a curar sus heridas y a proyectarla hacia un futuro mejor”.