Por Elisa Rodríguez San José
No es habitual encontrar a arquitectos de renombre involucrados en obra social, el trabajo a veces invade la rutina y no se dedica el tiempo a pensar en el desarrollo arquitectónico global. Sin embargo, es más sorprendente aún encontrar a profesionales populares en el sector que regresan a su lugar de origen para cooperar en el crecimiento del mismo. Este es el caso de Francis Kéré, arquitecto que nos mostró su obra técnica a través de la exposición “Elementos primarios” en el museo ICO de Madrid. Kéré nació en la comunidad de Gando, Burkina Faso y realizó sus estudios como arquitecto en la ciudad de Berlín gracias a una beca académica. En los últimos años, hemos podido leer mucho sobre su labor humanitaria, sin embargo, ¿Qué sabemos acerca del porqué de sus formas? ¿Encontramos una justificación en ellas o únicamente están diseñadas por medio del azar?
Estas dos líneas captan nuestra atención de maneras diversas. La sinuosidad de sus formas nos muestra una relación entre ellas. Su perímetro genera un espacio orgánico. Podemos interpretar la sensibilidad de la mano que trazó su forma. En definitiva, las estamos relacionando de algún modo por su apariencia plástica. Su lleno genera una superficie, un espacio orgánico concreto en un entorno indefinido. El aspecto se asemeja a una mancha de tinta en un folio blanco o a una masa moldeable. Su vacío crea un espacio dentro de un lleno, este nuevo espacio esta aparentemente escarbado en un lleno que podría ser la tierra.
Para seguir leyendo: https://www.wiriko.org/wiriko/francis-kere-arquitectura-al-servicio-del-pueblo/