23 diciembre 2021 20:43 CET
Unas semanas después de su inauguración, el 1 de octubre de 2021, pude visitar Expo Dubái 2020, la primera exposición universal celebrada en la región de Oriente Medio, Norte de África y Asia Meridional. Al llegar, me impresionó la sensación de realidad suspendida. Pese a que la Expo se inauguró en octubre 2021, por razones de marketing se mantuvo en toda la señalización el año 2020, tras el aplazamiento provocado por la covid-19.
La temperatura de principios de noviembre en Dubái es la de un caluroso día de verano en el hemisferio norte. Esto, y estar situada en pleno desierto, a medio camino entre Dubái y Abu Dabi, contribuía a crear la sensación de estar desubicados en el tiempo y en el espacio.
Dentro era fácil ubicarse y, pese a los 200 pabellones de 192 países, la sensación de oasis existencial cobraba sentido. El plan maestro, diseñado por la firma de arquitectura estadounidense HOK, está organizado alrededor de Al Wasl (en árabe, la conexión), una gran plaza central rodeada por tres grandes pabellones: el Distrito de la Oportunidad, diseñado por AGI Architects, el Distrito de la Movilidad diseñado por Foster + Partners, la firma del arquitecto británico Premio Princesa de Asturias Norman Foster, y el Distrito de la Sostenibilidad, diseñado por Grimshaw Architects.