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Emilio Calatayud: «La gente se ha cansado de ocultar que es católica»

Como juez de menores, se ha hecho famoso por sus sentencias ejemplares, llenas de sentido común. Una charla suya subida hace años a YouTube hizo que las peticiones de conferencias le llegasen de toda España… y no hayan cesado. Sus intervenciones en los medios son tan celebradas por el público como criticadas por el progresismo mediático. En pie: entra en la sala su señoría Emilio Calatayud.

Por José Antonio Méndez

Fotografía: Álex Cámara

El mirador de San Nicolás, en el barrio del Albaicín, ofrece por la noche un singular espectáculo. Alrededor de una cruz de piedra sin placa que la identifique –cosas de la memoria histórica–, una turbamulta de asiáticos acude a fotografiar la panorámica de Granada que enamoró a Bill Clinton, y se mezcla con gitanos que escuchan flamenco en el móvil, músicos que rasgan la guitarra para arañar unas monedas, jóvenes ruidosas con signos de embriaguez y sombras que deambulan silentes por las esquinas. Un paraíso, en suma, para los pequeños chorizos y aprendices del menudeo, como algunos de los que, a la mañana siguiente, nos cruzamos en el Juzgado de Menores de Granada, donde desde hace 30 años imparte justicia Emilio Calatayud.

Sorprende saber que vive en ese mismo barrio del Albaicín donde se cruza con hombres y mujeres hechos y derechos que en su día condenó y que hoy le dan abrazos por la calle. Su acento revela, sin embargo, que nació en Ciudad Real, hace 63 años. Cuando tenía la edad de los críos que hoy juzga –con firmeza y sin paternalismo, a pesar de sus famosas sentencias ejemplares–, su padre lo metió interno un verano para que dejase de hacer el vago. Por eso sabe que “lo mejor que puedes hacer por un chaval es sentenciarlo a que estudie, a que aprenda el valor del esfuerzo con trabajos para la comunidad, y a que respete a sus familias”. «Muchos males llegan a las familias porque los padres no atreven a educar»

Juzga a menores que viven situaciones límite, pero a sus charlas van familias “normales”. ¿Qué dice para unir ambos mundos?
Lo primero es que al juzgado llegan familias de todo tipo. Cada vez veo más padres normales que han perdido el control sobre sus hijos. Las familias están preocupadas porque se han dado cuenta de que hoy es más difícil educar que hace años.
¿Por qué?:  Porque se ha perdido el principio de autoridad y así no se puede educar.  Yo me pongo la toga para demostrar al chaval que está ante el Poder Judicial. Pero aquí nos dan miedo los símbolos y el principio de autoridad. Por eso se le quitó la tarima al maestro, “porque somos iguales”.  Y no es verdad, porque para estar a ese lado de la tarima hacen falta muchos años de estudio. La pérdida de valores cristianos ha influido mucho en esta situación.
¿En qué sentido?:  Hemos perdido valores como el esfuerzo, el sacrificio, el respeto… Se habla mucho de derechos y muy poco de deberes. Además, tenemos a los niños sobreprotegidos y con agendas de ministro. Muchos ya no juegan ni en la calle, ni en el colegio, ni en ningún sitio, porque están enganchados a las tecnologías. Y encima no les puedes corregir, porque dicen que un capón es maltrato. Muchos males llegan a las familias porque los padres no se atreven a educar y preguntan todo a los niños, o porque llegan los modernos diciendo chorradas. «Que te puedas cargar a un niño que tiene derecho a herencia pero no tiene derecho a nacer es una contradicción»

(…)

Se le critica por decir en alto lo que muchos dicen en privado. ¿Hay que perder el miedo a desafiar el discurso del todo vale?
¡Claro! A mí me han llamado facha, carca… Pero me da igual. Es como lo de católico. Ha habido un tiempo en que a la gente le daba miedo decir públicamente que es católica.
Habla en pasado. Sí, porque la gente se ha cansado de tener que ocultar que es católica.
Usted, desde luego, no lo hace.  Yo lo digo siempre. Y me cabreo con la Iglesia, porque creo que es hora de dar un puñetazo en la mesa con el tema del laicismo. Ante el ataque que hay contra los católicos, yo cerraría tres meses todos los servicios que sostiene la Iglesia. ¿Que los católicos somos todos corruptores de menores y no podemos decir lo que pensamos? Pues ale, que todos los pobres que atiende Cáritas, San Juan de Dios, las monjas de tal y cual, vayan a los Ayuntamientos o a las Comunidades Autónomas. ¿La Semana Santa? ¡A pasear al santo dentro de la iglesia! ¡Verás qué alegría para el turismo, los bares y los hoteles!  Ve a San Juan de Dios, en Granada, a ver quién atiende a los pobres. ¿Y en Valencia, dónde está la gente que llegó en el barco aquel? En Cáritas. Los católicos tenemos que decir que la Iglesia es muy buena, con hijoputas como en todos los gremios, pero que ya está bien de tomarnos el pelo.
¿Usted reza?. Todos los días. Al morir mi mujer, el cura que celebró el funeral, al que conozco desde hace mucho, dijo “si Dios no existiera, la vida sería una faena muy gorda. Pero Dios existe”. Por eso rezo.

Para seguir leyendo:  https://www.revistamision.com/emilio-calatayud-la-gente-se-ha-cansado-de-ocultar-que-es-catolica/


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Manolo Fernández