Cuatro niñas del país africano, uno de los más pobres del mundo, llegan a Madrid gracias a una beca que les permitirá continuar sus estudios y entrenarse como deportistas profesionales. Una de ellas será la representante de Chad en gimnasia artística en los Juegos Olímpicos de París 2024.
En 2016, durante una estancia en Madrid para ser tratado de una enfermedad, el padre jesuita Camille Manyenan asistió a un campeonato de gimnasia artística femenina. Inmediatamente comprendió que era la herramienta que buscaba para empoderar a las niñas chadianas desde su puesto como director del colegio San Francisco Javier, en Toukra, situado a 30 kilómetros de la capital de Chad. Necesitaba cambiar mentalidades y enseñar a las niñas que, por serlo, eran capaces de hacer cosas que ni siquiera se habían imaginado.
Chad es uno de los países más pobres de África. Allí, la mujer está muy por debajo del hombre en la escala social, las adolescentes son frecuentemente sometidas a matrimonios forzosos y la ablación continúa arraigada en la cultura de muchas familias. Un tercio de las niñas se casa antes de cumplir 19 años. Casi la mitad de las mujeres están enlazada con un hombre que les sobrepasa la edad en diez o más años. La mitad de las menores de 14 años no están escolarizadas y entre los niños la cifra desciende al 36%. Al llegar a la mayoría de edad, solo un tercio de las chicas escolarizadas continúa sus estudios.
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