¿Cómo ser sacerdote en una sociedad que ha cambiado? A esta pregunta respondió Francisco el jueves 17 de febrero en un largo y muy personal discurso. Al inaugurar un coloquio de teólogos sobre el sacerdocio, organizado en Roma, el papa dio a su audiencia algunas claves para ayudar a cada sacerdote a hacer un diagnóstico de su propia vida y misión.
«No sé si estas reflexiones son el «canto del cisne» de mi vida sacerdotal, pero sí puedo asegurar que vienen de mi experiencia», dijo el papa Francisco, quien admitió que a lo largo de su vida todo sacerdote pasa por «distintos estados y momentos», incluyendo momentos de «pruebas, dificultades y desolación».
Un «cambio de época»
Ante esto, y en un mundo que vive un «cambio de época», marcado por «la crisis vocacional que en distintos lugares aflige a nuestras comunidades», los sacerdotes no deben refugiarse en actitudes «ancladas en el pasado» ni en un «optimismo exacerbado». «Son dos tipos de huida», comentó Francisco. «Son las actitudes del asalariado que ve venir al lobo y huye: huye hacia el pasado o huye hacia el futuro».
(…)
«El celibato es un don»
El sacerdote, continuó el papa, es también el que «tiene que tener un corazón suficientemente ‘ensanchado’ para dar cabida al dolor del pueblo que le ha sido confiado», luchando contra «toda tentación de encierro, de autojustificación y de llevar una vida ‘de solteros’, o de ‘solterones'». Para ello, Francisco recomienda que los sacerdotes se apoyen en otras personas consagradas.
En este contexto, aborda la cuestión del celibato, que ha sido el centro de atención en los últimos Sínodos. Según el papa, es posible vivir esta opción de no estar casado «con serenidad» si los sacerdotes se apoyan mutuamente.
Para seguir leyendo: https://es.la-croix.com/actualidad/vaticano/el-sacerdote-de-hoy-segun-el-papa-francisco?utm_medium=email&utm_source=newsletter&utm_newsletter=es-24022022