Decenas de millones de trabajadores migrantes que han perdido su empleo durante la pandemia del coronavirus y se ven forzados a regresar a sus hogares se enfrentan a una nueva amenaza: el desempleo y la pobreza en sus países de origen.
La Organización Internacional del Trabajo advertía este miércoles sobre esta delicada circunstancia que pone en situación de alerta a los Gobiernos, especialmente en Asia y en África, ante la posibilidad de que millones de trabajadores migrantes regresen a sus hogares en países de ingresos bajos y medianos, donde la situación de los mercados laborales ya era frágil antes del inicio del brote de la COVID-19.
Asimismo, también preocupa la falta de protección social y los escasos recursos materiales de los migrantes atrapados en los países de acogida que les impide la compra de alimentos o alojamiento, o la falta de distanciamiento social si viven en espacios reducidos.