Amparo Alonso Betanzos, Universidade da Coruña /16 mayo 2024 19:32 CEST
Inmersos en la cuarta revolución industrial, el poder está en manos de quienes dominan la inteligencia artificial. Las empresas privadas empiezan a tener poder de estados. China y EE UU mantienen una guerra por el dominio mundial. La UE apuesta por el valor de la ética.
La inteligencia artificial está redefiniendo el equilibrio mundial en geopolítica. Su dominio permite el control de la economía y el nuevo empleo. Estamos inmersos en la cuarta revolución industrial, con un nuevo quinto, sexto o séptimo poder que aumenta exponencialmente cada día.
Estados Unidos, los países de Asia-Pacífico (especialmente China) y la Unión Europea (UE) proponen diferentes modelos para el desarrollo de la tecnología en la carrera por el dominio de un nuevo mundo.
China es el país que más inversión realiza en IA. Se prevé que supere los 38 000 millones de dólares en 2027, cerca del 9 % del total mundial, según un informe de la industria. En China es el Estado el principal impulsor, aunque cuenta con una plataforma de empresas tecnológicas relevantes.
La población es muy abierta a la tecnología, y esto garantiza al Estado manejar grandes conjuntos de datos en un enorme campo de experimentación con más de 700 millones de usuarios de internet. El mercado chino está cerrado a muchas plataformas estadounidenses y el país cuenta con un número de titulados en ciencia e ingeniería mucho mayor que en otros países: casi 3,6 millones en 2020, seguida de India con 2,6 millones y EE. UU. con 820 000.
A años luz de distancia, los países de la UE que aparecen entre los 10 primeros en el ranking de titulados en ciencias son Francia y Alemania con 220 000 y 216 000, respectivamente.
El verano pasado, el Gobierno chino emitió una protesta formal por la orden de EE. UU. de prohibir inversiones en entidades chinas que participen en los sectores de semiconductores y microelectrónica, tecnologías de información cuántica e inteligencia artificial.