La piedad popular está muy arraigada en nuestro país. Lo podemos comprobar cada Semana Santa, pero también, por ejemplo, en las fiestas estivales de la Santísima Virgen o en la celebración de los patronos de cada pueblo o ciudad. De ella dijo Benedicto XVI que es «un gran patrimonio de la Iglesia», pues a través de ella «la fe ha entrado en el corazón de los hombres, formando parte de sus sentimientos, costumbre, sentir y vivir común».
Este otoño, precisamente, va a ser intenso en actividades relacionadas con este aspecto de la vida de la Iglesia. Este mismo fin de semana, Medina del Campo (Valladolid) acoge el Encuentro Nacional de Cofradías. A principios de octubre, la Conferencia Episcopal abordará en unas jornadas cómo los santuarios, las peregrinaciones y hermandades y cofradías pueden ser lugares para evangelizar. Finalmente, en diciembre, Sevilla será el epicentro de la piedad popular en el mundo con un gran evento mundial.
Se trata del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, que se celebrará del 4 al 8 de diciembre. El arzobispo de Sevilla, José Ángel Sáiz Meneses, presentó hace unas semanas al papa Francisco los avances de este evento, sus temáticas religiosas y evangelizadoras, así como la liturgia y los actos culturales.
Hablamos de todo ello con Joaquín de la Peña, secretario general del Congreso.
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