José Manuel Vidal
Reicén llegado de su viaje a Tailandia y Japón, el Papa Francisco dedicó la catequesis de la audiencia de los miércoles a recordar su visita a estos dos países orientales. A Tailandia, «el país de la gente que siempre sonríe» y a Japón, «el país portavoz del derecho fundamental a la vida y a la paz». Francisco aprovechó la ocasión para reiterar que una de las más graves amenazas que sufre el mundo de hoy es «la pérdida del sentido de la vida», que afecta especialmente a los más jóvenes, y para denunciar «la hipocresía de hablar de paz, cuando se construye y se vende material bélico»….
“En Nagasaki y en Hiroshima me detuve en oración, encontré a algunos supervivientes y familiares de las víctimas y reiteré la firme condena de las armas nucleares y de la hipocresía de hablar de paz, construyendo y vendiendo armas bélicas. Tras aquella tragedia, Japón demostró una extraordinaria capacidad de luchar por la vida; y lo hizo incluso recientemente, tras el tripe desastre del 2011: terremoto, tsunami e incidente en la central nuclear”
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