Rogelio Martínez Cárdenas, Universidad de Guadalajara/ 27 marzo 2023 19:16 CEST
La danza azteca es algo más que un baile, es una ofrenda, una comunicación entre la Tierra y los espíritus.
Tanto en Latinoamérica como en España, el 12 de octubre se conmemora el encuentro entre dos mundos. Justo ese mismo día en Guadalajara, México, se realiza la Romería de la Virgen de Zapopan.
Aunque no surge como un homenaje al encuentro intercontinental, su esencia es un ejemplo claro de ese hecho. Se trata de un
a expresión sincrética entre el mundo precolombino y europeo, una mezcla de danzas indígenas y devoción católica. Cada tipo de danza surge de una tradición distinta y de una región diferente del país. En este artículo nos vamos a centrar en las danzas aztecas.
Los trajes de sus bailarines son muy llamativos y sobresalen entre las vestimentas de los demás grupos. Además, el sonido de los tambores se puede escuchar a una distancia considerable, lo que capta la atención de los asistentes a la romería.
Igualmente, los aztecas están vinculados al imaginario indígena que se ha incorporado al cine y los libros de historia relativos al encuentro, como decíamos, entre las culturas europea y precolombina.
En los grupos aztecas, la organización al interior de cada uno es independiente. Sin embargo, existen ciertos principios o códigos comunes entre ellos. Estos son:
Conformidad. Se refiere a estar de acuerdo con la disciplina y las reglas que ha impuesto el grupo, así como acceder a respetar estas normas, a los integrantes del mismo y a los invitados que estén participando en actividades específicas.