Oct 30, 2020
Os quiero contar un cuento:
«Había una vez, en una ciudad cercana a nosotros, un personaje que se llamaba NO. Sí, sí, así era su nombre, NO. NO, era la negación personificada. Incluso cuando decía que sí, NO tenía siempre más fuerza. No, vivía tranquilo en esta ciudad, no le pesaba nada, ni los miedos le atenazaban. Todo era una confabulación, y nada de lo que parecía real era tal.
Además, NO, era muy servil, muy generoso, se daba constantemente a los demás, pero no dejando de ser NO.
La vida de NO, un día cambió. Todo aquello que negaba, todo aquello que pensaba exagerado, todo aquello que minusvaloraba, se volvió en su contra y le atacó.
NO, se murió, pero antes de morirse aceptó que, en la vida, hay que aprender a escuchar, hay que ser humildes, y hay que aceptar las consecuencias de los propios actos. NO, lloró porque su irresponsabilidad y negación constante había matado a muchos Síes a los que antes había servido con todo cariño.
Para seguir leyendo: https://institutohumanitate.org/blog/el-llanto-del-no/