Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la agenda 2030 tienen, después de erradicar la pobreza, acabar con el hambre como el segundo gran reto. Sin embargo, y a tenor de los datos publicados por el informe ‘The State of Food Security and Nutrition in the World’ (SOFI) por parte de la FAO, esta meta está cada vez más lejos: el año pasado 828 millones de personas pasaron hambre en el mundo, lo que supone un incremento de 46 millones con respecto a 2020 y de 150 millones con respecto al anterior 2019. Es decir, que casi 1 de cada 10 habitantes del planeta no come lo suficiente.
De hecho, este mismo informe pronostica el escenario al que nos enfrentamos: en 2030 serán casi 670 millones de personas (el 8% de la población mundial) las que seguirán pasando hambre. Unas previsiones en las que se tiene en cuenta una recuperación económica mundial por lo que, de no lograrse de aquí a 8 años, estas cifras podrían ser aún menores.
Por tanto, si se cumple esta previsión, la cifra sería similar a la de 2015, cuando se lanzó el objetivo de acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición para finales de esta década en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible .
Por eso, la FAO insiste en que estamos yendo en la dirección equivocada. «Las dietas saludables deben ofrecerse a un coste menor para contribuir a que la gente pueda permitírselas. Esto implica tanto una ampliación de la oferta de los alimentos nutritivos que constituyen una dieta saludable como un cambio en el consumo hacia ellos», denuncia el informe.