En partes de Nigeria y Mozambique, los gobiernos centrales y las instituciones estatales están ausentes o son incapaces de abordar las terribles condiciones socioeconómicas y la inestabilidad relacionada.
El terrorismo es un problema global que afecta a muchos países. Sin embargo, hasta 2017, el sur de África se salvó en gran medida de este fenómeno. El sangriento conflicto desatado por Ansar al-Sunna en el norte de Mozambique ha cambiado desde entonces el panorama de seguridad de la región.
Ansar al-Sunna, también llamado Al-Shabaab Mozambique, es un movimiento extremista islámico que ha ganado prominencia en la provincia de Cabo Delgado, en el norte de Mozambique. A pesar de la intervención militar de la Comunidad de Desarrollo de África Meridional (SADC) y Ruanda desde 2021, la sangrienta insurgencia está lejos de ser sofocada.
Los objetivos y operaciones del grupo, y los desafíos que plantea, son similares a los de los grupos terroristas más temidos en otros países africanos. Estos son, en particular, Al Shabaab en Somalia y Boko Haram en Nigeria.
Boko Haram ha representado una amenaza significativa para el estado de Nigeria desde 2009. También ha socavado la seguridad de varios estados vecinos. Se aprovecha de la fragilidad del estado y los desafíos socioeconómicos resultantes . La pobreza afecta de manera desproporcionada a la región rural del norte , donde Boko Haram es más activo.
Décadas de investigación sobre los conflictos en África me hicieron darme cuenta de las similitudes entre Ansar al-Sunna y Boko Haram. Esto me impulsó a comparar sus orígenes, doctrinas y actos de terror.
Recientemente entregué un documento sobre el tema en una conferencia en Alemania . El papel trata de:
las respuestas de seguridad de los gobiernos de Nigeria y Mozambique.