En los países con conflictos armados en curso, la pandemia del coronavirus dificulta la protección de civiles de un modo no visto anteriormente y por ese motivo el apoyo de las Naciones Unidas es también más trascendental que nunca, afirmó este miércoles el Secretario General de las Naciones Unidas.
«La COVID-19 supone una gran amenaza para los refugiados y los desplazados internos hacinados en campamentos y para las comunidades que carecen de instalaciones sanitarias y de atención de la salud. Los casos ocurridos en un campamento de refugiados en Bangladesh y entre las personas desplazadas de un centro de protección de civiles en Sudán del Sur subrayan la importancia de incluir a las personas desplazadas en las actividades de preparación y prevención«.
Guterres recordó que la intención del cese al fuego de alcance mundial que pidió el pasado mes de marzo fue para crear las condiciones de una respuesta más enérgica a la pandemia, prestar ayuda humanitaria a las personas más vulnerables, y abrir un espacio para el diálogo.