Mathieu Blondeel, Warwick Business School, University of Warwick/8 noviembre 2022 19:38 CET
En la COP26 se señaló a los combustibles fósiles como el principal problema. Un año después no estamos más cerca de eliminarlos.
La quema de combustibles fósiles causó el 86% de todas las emisiones de CO₂ durante los últimos diez años. A pesar de ser los principales responsables del calentamiento global, el carbón, el petróleo y el gas apenas fueron mencionados en los textos oficiales de las anteriores cumbres de la ONU sobre el cambio climático.
Todo esto cambió en la COP26 de noviembre de 2021, donde se firmó el pacto climático de Glasgow. El acuerdo contenía el primer reconocimiento del papel de los combustibles fósiles en el cambio climático. También instaba a los países a eliminar gradualmente las medidas que subvencionan la extracción o el consumo de combustibles fósiles y a “reducir” la energía procedente del carbón.
Con la COP27 en Sharm El Sheikh (Egipto) ha llegado el momento de actualizar los avances. Por desgracia, las noticias no son buenas. La actual crisis energética –y las respuestas a corto plazo de los gobiernos de todo el mundo– han dificultado el cumplimiento de los objetivos del pacto de acabar con el dominio de los combustibles fósiles.
La situación actual es probablemente la primera de este tipo en la que los precios de todos los combustibles fósiles se han disparado simultáneamente. Esto ha disparado a su vez los precios de la electricidad.