Abril 22, 202
NAIROBI – A pesar de la abundancia de reservas pesqueras a lo largo de la exuberante ribera del condado de Kwale, en la costa sur de Kenia, los pescadores ya no pueden lanzar una red más allá del arrecife de coral y confiar en una extracción cuantiosa de cangrejos o camarones.
La pesca es la base de la comunidad cuya economía depende de ella al menos en 80 %. Sin embargo, Mwanamvua Kassim Zara, una vendedora de pescado de la zona, dijo a IPS que la población de peces ha disminuido significativamente..
El precio del pescado está en su punto más alto, especialmente el del dagaa (Atherinomorus lacunosus, el pejerrey cabezón), un pequeño pez plateado y el alimento básico en los hogares del pueblo de Vanga, en la bahía del mismo nombre. Esta bahía es uno de los 40 sitios de desembarco de botes en el condado costero de Kwale.
“Le compro a los pescadores un balde de pescado por 40 o 45 dólares, que antes valía unos 20 o 25. El alto precio luego se traslada a nuestros clientes que compran un kilogramo de pescado hervido, seco y salado a tres dólares, en lugar de los dos de antes”, comentó la pescadera.
Los expertos dicen que estos son efectos del cambio climático impulsados y acelerados por la actividad humana… y las comunidades como Vanga están sintiendo el recalentamiento.