Por Carmen Menéndez • última actualización: 02/04/2022
Comienza el Ramadán, el mes sagrado de ayuno musulmán, que este año está marcado por el levantamiento casi completo de las restricciones por el coronavirus, lo que permite a los fieles volver a los lugares sagrados y de culto.
Pero también hay una nota discordante y es el aumento generalizado de los precios y la escasez de algunos productos que ha convertido en un quebradero de cabeza para muchas familias las compras de alimentos para la cena tradicional que se lleva a cabo al anochecer, después de la jornada de ayuno.
Los efectos se dejan sentir con fuerza en Oriente Medio y el norte de África. Es el caso de los palestinos de la empobrecida Gaza, donde todo ha subido, empezando por productos básicos como el pan o el aceite para cocinar.
Sin restricciones por coronavirus, las mezquitas se preparan para volver a celebrar el tarawih, la oración nocturna tradicional del Ramadán, que en países como Turquía no fue posible en los últimos dos años.
La Gran Mezquita de Santa Sofía, en Estambul, celebrará su primer tarawih en 88 años, después de haber recuperado su condición de mezquita en 2020.