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En Ruanda, Paul Kagame ha conmutado la pena de Paul Rusesabagina, quien cuya historia en el genocidio de 1994 sirvió para inspirar la película Hotel Ruanda. Rusesabagina llevaba 900 días preso y estaba condenado a 25 años de cárcel por terrorismo por presuntamente financiar el Frente de Liberación Nacional (FLN), considerado por el Ejecutivo de Kagame como grupo terrorista. Las presiones de Estados Unidos, donde tenía residencia Rusesabagina, y el deseo de Kigali de acabar con las tensiones diplomáticas han sido claves para su liberación.
- Félix Tshisekedi se pone en modo electoral: ha reorganizado su gabinete y ha nombrado ministros, entre otros, a pesos pesados como el expresidente Jean-Pierre Bemba y a Vital Kamerhe, su exjefe de personal, en un intento de afianzar su coalición en R.D. Congo. Lo ‘gracioso’ es que a Bemba le ha nombrado ministro de Defensa cuando estuvo en prisión 10 años por crímenes de guerra y al Kamerhe de Economía cuando estuvo condenado por corrupción.
- En Etiopía, el gobierno ha quitado la etiqueta de terrorista al Frente de Liberación Popular de Tigray. Avanza positivamente el acuerdo de paz.
- El papel del Grupo Wagner en República Centroafricana es el ejemplo de lo que quieren hacer y este artículo de Óscar Gutiérrez en El País sobre las sanciones europeas y la influencia de los mercenarios rusos es revelador. Ah, y tenemos pendiente este documental de MSF sobre los 10 años de conflicto que tiene pintón.
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El análisis de esta semana del colaborador Diego Menjíbar va precisamente de la influencia rusa en África y cómo la agricultura es un campo de geopolítica.
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