Autor: Lahcen Haddad
Fecha: 10/09/24
Este año, la cumbre de septiembre celebrada en Pekín se centró en el tema “Unidos para promover la modernización y construir una comunidad de alto nivel con un futuro compartido entre China y África”. Este ambicioso tema refleja la determinación de afrontar los retos, en particular los asociados a la modernización de las economías africanas para generar mejor valor añadido, alcanzar la paridad comercial y económica, pasar de la dependencia a la integración y crear un futuro compartido aprovechando el potencial de nuevas oportunidades de crecimiento mutuo.
Estas ambiciones señalan el reconocimiento de los obstáculos reales a la globalización compartida y expresan el compromiso de crear una nueva realidad que sirva a los intereses económicos, políticos y geoestratégicos de ambas partes.
El aspecto político y geoestratégico es especialmente crucial para China, deseosa de remodelar el orden mundial. Algunos países africanos tampoco se oponen a la formación de nuevos bloques bajo nuevas reglas que ya no sirvan únicamente a las agendas de los países occidentales.
Los países occidentales ven con recelo esta evolución, sobre todo porque su enfoque del “desarrollo” de África no ha tenido éxito, lo que se ha traducido en expectativas insatisfechas y ha provocado el descontento popular con todo el modelo occidental. Los países occidentales parecen carecer tanto de la voluntad política como de los medios financieros para seguir el ejemplo de China. Su presencia en África está incluso disminuyendo en favor de nuevos actores que, aunque menos preocupados por los derechos humanos y la democracia -como es el caso de algunas naciones occidentales-, son vistos por una parte significativa de las élites africanas como más respetuosos con las opciones, culturas y sociedades de la población africana.
La modernización promovida por la cumbre de Pekín queda patente en el apoyo que China presta actualmente a proyectos industriales, agrícolas y de infraestructuras en África, que constituyen una de las aplicaciones concretas de la iniciativa “Cinturón y Ruta”. El diálogo político se centra en mejorar el entendimiento mutuo para defender los intereses de los países en desarrollo en los foros internacionales.
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Fuente: https://www.atalayar.com/opinion/lahcen-haddad/africa-china-oportunidades-retos-destino-comun/20240910170000205014.html