Por Lianet Cruz Pareta
El Cairo, 25 may (Prensa Latina). Hoy día, cuesta imaginar a Marruecos, Argelia, Túnez, Libia y Egipto sin los minaretes de las mezquitas, los llamados al rezo inundando el aire y sin el hiyab de las mujeres, aunque la influencia árabe y musulmana llegó a esta parte del mundo en el siglo VII.
Miles de años antes, las comunidades que habitaron esta región al norte sentaron las bases de organizaciones sociales, económicas y creencias religiosas perdurables hasta la actualidad y diseminadas por todo África. Así lo cuenta a Prensa Latina Yasser el-Laithy, antropólogo y egiptólogo, que ha dedicado buena parte de sus investigaciones a la etnografía para establecer el nexo entre las tribus originarias de África y sus antepasados prehistóricos.
El-Laithy parte de las pinturas rupestres, pictogramas y petroglifos descubiertos en la meseta de Gilf Kebir entre Egipto y Libia, según los cuales numerosos grupos humanos aprovecharon las favorables condiciones climáticas y la abundante vegetación de la zona durante el neolítico para establecer sus asentamientos.