En efecto, reunidos en Addis Abeba los 32 países independientes en aquella época, se propusieron la eliminación del colonialismo y la independencia del continente como principales objetivos de la recién nacida organización, renombrada posteriormente como Unión Africana.
Desde entonces mucho ha cambiado, se consolidaron y triunfaron movimientos libertarios anticolonialistas, cayeron regímenes dictatoriales o de segregación racial, se forjaron nuevas alianzas regionales… Así, se redefinieron los caminos a seguir por multitud de pueblos y naciones en busca de un mejor futuro que el padecido durante las últimas centurias.
Y en muchos de esos procesos, pasados y presentes, los pueblos africanos contaron con la mano solidaria de Cuba, país pequeño y lejano, cuya historia y cultura está intrínsecamente vinculadas a la africana.
Recuerda a Prensa Latina, Rodolfo Benítez, embajador de La Habana en Sudáfrica, que antes del triunfo de la Revolución, nuestra única presencia en África era un pequeño y olvidado consulado en Egipto, mientras hoy la nación antillana mantiene relaciones con todos los países del continente.