Miqueas 5,1-4ª — Hebreos 10,5-10 — Lucas 1,39-45
« La mujer, dice la ley, es inferior al hombre en todo. Por lo tanto, ella debe obedecer no para humillarse, sino para ser dirigida, porque es al hombre a quien Dios le ha dado el poder». Así explica el judío Flavio Josefo (38-100 d.C.) la situación de la mujer judía a principios del siglo I. «Considerada siempre menor», es el resumen severo del padre dominico Roland de Vaux (1903-1971) de la Escuela Bíblica de Jerusalén. Por lo tanto, no es sorprendente que los historiadores y exégetas a veces hablen del Evangelio de Lucas como «el Evangelio de las mujeres», debido al importante lugar que Lucas da a las mujeres en la vida y el ministerio de Jesús. No sólo los Doce acompañaron a Jesús por los caminos de Galilea, también lo hicieron algunas mujeres de las que Lucas menciona tres explícitamente (María Magdalena, Juana y Susana). Y ya en la primera parte del Evangelio de Lucas, el llamado «Evangelio de la Infancia», en el que nos ofrece una introducción artística e imaginativa al resto de su obra (Evangelio y Hechos de los Apóstoles), dos mujeres, María madre de Jesús e Isabel madre de Juan juegan papeles esenciales.
Precisamente los textos de este domingo nos invitan a meditar sobre el significado de Isabel y María en la triple «transición» que Lucas evoca en sus escritos: «Se mostrará grande hasta los confines de la tierra» (1ª lectura). «No quieres sacrificios ni ofrendas, por eso me has preparado un cuerpo» (2ª lectura). «En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre» (Evangelio). En el encuentro entre las dos mujeres, se anuncia el caminar de la Buena Nueva de Israel hacia las naciones, así como el universalismo que debe caracterizar nuestra mentalidad cristiana; se presenta la manifestación del Dios-totalmente-otro en un cuerpo humano concreto, con la exigencia de que respetemos y apreciemos todo lo que es corporal; y el Nuevo Testamento recibe con alegría el Nuevo, una actitud ejemplar de apertura intelectual al otro y a otras civilizaciones.
Texto completo: 4ºAdviento-C-Echeverría